• Anews
  • Posts
  • CÓMO EEUU ESPIÓ AL MUNDO PARA CONTROLARLO

CÓMO EEUU ESPIÓ AL MUNDO PARA CONTROLARLO

Articulo sobre INSLAW y la administración Reagan

El avance tecnológico nunca se queda solo en eficiencia tecnológica. El desarrollo de la tecnología es la activación de un motor que no muchos son capaces de escuchar. El ruido que emite es silencioso y complejo de escuchar, por eso quienes intentan hacerlo terminan muertos.

Hoy vamos a hablar de cómo EE. UU. tejió la mayor red de espionaje del mundo y de qué relación tiene esto con la búsqueda de EE. UU. de controlar todo lo que pueda.

DE PAPEL A LA MAQUINA

En 1973, el gobierno de EE. UU. se interesó por desarrollar un software que permitiera saber todos los delitos que había cometido una persona con solo poner su nombre en un buscador. Hasta ese entonces, el gobierno de EE. UU. tenía que gestionar todos estos asuntos a mano. Imagínenlo, un sistema judicial formado por cajas en diferentes edificios donde había que hacer colas para poder seguir de cerca los diferentes delitos cometidos en diferentes administraciones.

El objetivo era crear una base de datos cruzada, donde estuvieran los crímenes que perseguía la CIA, los de hacienda, los de justicia, etc. Este sistema buscaba unificar todo.

Ante esta necesidad, INSLAW, una empresa tecnológica, se atreve a hacer el desarrollo tecnológico necesario y lo consigue. Toma el puesto como la empresa con una tecnología más avanzada de software para el momento. PROMIS, el software, tenía 570 mil líneas de código que permitían integrar bases de datos de todo tipo de forma sencilla. No es raro entonces que la imaginación de algunos burócratas volara pensando en otros usos diferentes.

En 1982, una vez cae la administración Carter y entra Ronald Reagan, las cosas empiezan a cambiar.

LA TRAMPA A INSLAW

Una vez entra Reagan, la LEAA (Administración de Asistencia para el Cumplimiento de la Ley) cae. Esta era la ley que promovió a INSLAW para crear el programa público de 16 bits. Entonces, INSLAW se vuelve una empresa privada y prosigue su desarrollo de PROMIS a una versión 32 bits con fondos privados. Al volverse una empresa privada, consigue propiedad intelectual sobre cualquier desarrollo futuro, como menciona el departamento de justicia:

“En la medida en que cualquier otra mejora (más allá del dominio público PROMIS) fue financiada de forma privada por Inslaw y no se especificó que fuera entregada al Departamento de Justicia bajo ningún contrato u otro acuerdo, Inslaw puede hacer valer cualquier derecho de propiedad que pueda tener."

Un día de 1981, el director de la Oficina Ejecutiva de Fiscales Federales le dijo a su compañero Frank Mallgrave que iba a ir a la caza de la empresa INSLAW. Justicia urdió un plan para apropiarse de la empresa. Para ello contrató a un ex empleado de INSLAW para supervisar el contrato que tenía Justicia con la empresa, según decían ellos, no había ningún conflicto de intereses.

INSLAW, que estaba al borde de la bancarrota, fue persuadido para cambiar su contrato por parte de Justicia. Donde si la empresa no podía continuar con sus obligaciones cedería también su versión mejorada. La empresa acepta con dos condiciones:

  • Que Justicia reconociera los derechos de propiedad de INSLAW sobre la versión mejorada.

  • Que no distribuyera PROMIS mejorados fuera de EE. UU.

Justicia aceptó pero le pidió a la empresa que demostrara que la versión original había sido creada con fondos privados y no públicos. Entonces, el software fue entregado a Justicia. Una vez entregado, Justicia se negó a verificar que la empresa hubiera hecho las mejoras. Cuando la empresa protestó, Justicia detuvo los pagos y dos años más tarde, INSLAW quebró.

El propietario de INSLAW, Hamilton, recibió una llamada del director ejecutivo de Hadron, Dominic Laiti (Hadron era una empresa consultora de sistema gubernamental privada, controlada por Meese, un compinche de Donald Reagan) pidiéndole comprar la empresa INSLAW. El dueño de INSLAW se negó y Hamilton le amenazó diciendo que si no vendía voluntariamente, se vería obligado a vender por los contactos que tenía en el gobierno. INSLAW, en quiebra, denunció en 1986 a Justicia por valor de 30 millones de dólares.

El abogado de INSLAW lo hizo sorprendentemente bien y ganaron. Pero no durante mucho tiempo.

En 1987, el juez de quiebras George Bason dijo que “Justicia había robado PROMIS mediante engaños y fraudes”. Le dio a INSLAW 6,8 millones de dólares. La investigación desveló que pretendían hacer quebrar a la empresa para hacer una subasta pública donde la empresa Hadron compraría la versión mejorada.

El Departamento de Justicia apeló la decisión pero el tribunal federal le volvió a dar la razón a Bason. Entonces, el tribunal de apelaciones revocó el caso por un tecnicismo legal y concluyó que quiebras no tenía nada que ver con esa demanda. En 1991 el Supremo denegó revisar de nuevo el caso y se cerró.

Además, durante el proceso, Hacienda investigó a la empresa e instó a Bason a liquidar INSLAW. El juez Bason falló en contra de la decisión de Hacienda y eso tuvo consecuencias. No fue reelegido como juez al expirar su mandato, siendo sustituido por Martin Teel, el abogado de Hacienda que quería quebrar a INSLAW. Este declaró la quiebra de la empresa.

Durante los próximos meses, el propietario de INSLAW recibió llamadas de personas implicadas en cuestiones de espionaje. Le dijeron que Earl Brian había ayudado a Reagan a orquestar la Sorpresa de Octubre y a cambio, este se llevaría acciones de PROMIS. Earl Brian entonces revendería PROMIS a 80 agencias nacionales y extranjeras con el objetivo de espiarlas.

BREVE INCISO – LA SORPRESA DE OCTUBRE

Durante las elecciones presidenciales de 1980, Jimmy Carter y Ronald Reagan se jugaban las elecciones. Las encuestas daban cómo ganador a Jimmy Carter, hasta que en 1979, durante la revolución islámica de Irán, se secuestró a personal de la embajada.

Este suceso duró un año y un mes, y durante las elecciones fue importante, ya que si Carter no conseguía que volvieran a casa, el electorado lo consideraría débil y votaría a Donald Reagan.

La investigación de INSLAW afloró que el equipo de Reagan había ofrecido armas a los iraníes para que no soltaran a los secuestrados hasta que terminaran las elecciones. Esto además, fue el inicio de las relaciones que llevaron al IRAN CONTRA. Justo después de terminar el discurso de victoria de Reagan, todos los secuestrados fueron liberados.

EL CONGRESO Y LA INVESTIGACIÓN

En 1989, Jack Brooks, representante del comité de judicial de la Cámara de Representantes, creó una investigación de tres años sobre el caso INSLAW. El informe resultante fue claro: Meese y Jensen conspiraron para robar PROMIS.

“Estuvieron involucrados altos funcionarios del gobierno. Varias personas testificaron bajo juramento que el software PROMIS de Inslaw fue robado y distribuido internacionalmente con el fin de proporcionar ganancias financieras y promover objetivos de inteligencia y política exterior".

Documento que muestra como se le ofreció PROMIS a la CIA

"La evidencia... demuestra que funcionarios de alto nivel del Departamento ignoraron deliberadamente los derechos de propiedad de Inslaw y se apropiaron indebidamente de su software PROMIS para su uso en ubicaciones no cubiertas por el contrato con la empresa".

El Departamento de Justicia entonces actuó investigando, pero como hicieron anteriormente, para la investigación nombraron a Nicholas Bua, que era un juez Federal, amigo del actual fiscal general. Es decir, que Justicia se investigaba así misma.

PROMIS Y EL CABALLO DE TROYA

Una vez Justicia consiguió quedarse con PROMIS, lo alteraron para usarlo como software de espionaje.

Primero se lo dieron a Israel para que investigara a sus países vecinos y a sus disidentes internos.

Según Ben Menashe, ex agente del Mossad: “PROMIS fue algo muy importante para nosotros, algo muy, muy importante... fue probablemente el tema más importante de los años 80 porque simplemente cambió toda la perspectiva de la inteligencia. Toda la forma de recopilación de inteligencia cambió. Todo esto lo cambió".

Reagan con el primer ministro de Israel

PROMIS, dijo Ben Menashe, era perfecto para rastrear a los palestinos y otros disidentes políticos. Sin embargo, EE. UU. no paró ahí. Vendió a 80 países aliados y no aliados el software que usó para espiarlos, como cita la investigación del caso y los testigos.

ESPIONAJE INTERNO DE EE. UU.

Según la investigación, Oliver North (conocido por gestionar el caso IRAN – CONTRA) tenía una sala en la Casa Blanca conectada al Departamento de Justicia que usaba para investigar a disidentes políticos.

Usando PROMIS, tuvo acceso a todos los detenidos en manifestaciones políticas, personas que no habían pagado sus impuestos y otros cargos gubernamentales. Habría usado esta información para un proyecto desconocido pero que podría tener que ver con una continuación del COINTELPRO.

Oliver North durante el juicio IRAN-CONTRA

Cuando se preguntó a Oliver sobre esto en el juicio IRAN-CONTRA, la audiencia fue inmediatamente suspendida. Cuando se volvió a convocar, nunca se volvió a hablar del tema.

REAGAN HACIA EL CONTROL MUNDIAL

La operación IRAN-CONTRA consistió en la venta de armas y drogas para financiar a los contras en Nicaragua. Los contras eran militares ultraconservadores que luchaban contra los Sandinistas, comunistas que estaban haciendo la revolución.

Reagan alegó que luchar contra los contras era luchar por la libertad. Sin embargo, el congreso no lo veía igual.

Para obtener fondos para luchar contra los sandinistas, la CIA vendió armas a Irán mediante Israel y drogas a los ciudadanos estadounidenses para mandar esos fondos a Nicaragua.

Sandinistas en Nicaragua

Algunas fuentes de las investigaciones también asocian la venta de PROMIS a países terceros como una forma de conseguir estos fondos. Reagan creó una red de espionaje mundial, controló organizaciones ilegales y mafiosas, con el objetivo de conseguir fondos con los que operar encubierto en diferentes partes del mundo. Entrenando a rebeldes en Latinoamérica, Oriente Medio, África y Asia.

EL PERIODISTA MUERTO

Por investigar este suceso, Danny Casolaro, quien había estado detrás de las pistas, apareció muerto con 10 cortes en sus manos en un hotel semanas antes de vender el libro donde proveía las pruebas.

Danny Casolaro sosteniendo a su sobrina

Según los peritos, Danny se suicidó.

Pero los testigos dijeron que un hombre que no era él había entrado en su cuarto horas antes de encontrar su cuerpo muerto. Además, muchos forenses alegaron que la profundidad de los cortes había hecho que la muñeca quedara completamente inutilizada y, por lo tanto, era imposible que hubiera podido hacerse tantos cortes.

A día de hoy, Danny sigue habiendo muerto por suicidio. Os recomiendo el documental “Los Asesinatos del Pulpo” en Netflix para saber más de su vida.

CONSECUENCIAS

INSLAW recibió una indemnización por el daño hecho por Justicia. Nadie fue condenado y, de cara a la versión oficial, todo esto es una conspiración.

A pesar de las alegaciones de agentes de la CIA que han filtrado la información, investigaciones legales de diferentes estados apuntando al complot de Reagan y décadas de investigación, no ha ocurrido absolutamente nada.

Todas las fuentes de este articulo se pueden encontrar más extensamente aquí: https://www.wired.com/1993/01/inslaw/

Reply

or to participate.