EL ABUELO DEL FENTANILO Y LA CRISIS DE DROGAS EN EEUU

Calles repletas de zombies, muertos por cada esquina, robos, descontrol y caos. ¿Qué ha llevado a EEUU a tener la mayor crisis de drogas del mundo?

Hoy no hablaremos del fentanilo sino de su antecesor, el oxycontin. Y de cómo una familia, los Sackler, harían lo que sea para hacerse ricos vendiendo drogas de forma legal.

Extorsión, sectarismo y avaricia. Esta es la historia de cómo una empresa mató a más personas que soldados perdidos por EEUU en los últimos 100 años.

EL ORIGEN

Arthur Sackler fue un psiquiatra especializado en lobotomías, un proceso de salud mental típico durante los años 50. Sackler pronto se dio cuenta de que era difícil hacerse rico con un procedimiento que solo se podía hacer una vez y decidió dejar atrás su vida como psiquiatra y formar un imperio del marketing farmacéutico.

Arthur creó la empresa Purdue-Frederick, que vendía y creaba medicamentos. La revolución y la base de su éxito fue pagar a médicos para que dieran charlas respaldando su producto y consiguieran que otros médicos recomendaran en sus consultas o recetaran el producto que ellos fabricaban, de esta forma consiguió popularizar el Valium o Diazepam y el Betadine.

La campaña detrás del consumo del Valium apuntaba a mujeres jóvenes con ansiedad como una solución. El lema “El pequeño ayudante de las madres” tenía anuncios en los que se enseñaba a mujeres solteras que tal vez, con una pequeña ayuda para la ansiedad, “podrían encontrar un hombre a la altura de su padre”. El Valium se vendía como un remedio sin consecuencias que resultó no tenerlas.

Durante los años 80 se descubrió que el Valium era altamente adictivo y producía efectos impredecibles como ataques de pánico y convulsiones. Con la llegada de regulaciones farmacéuticas el producto se devaluó, sin embargo, Sackler ya era inmensamente rico.

En realidad, es un negocio redondo, no hay mejor forma de ganar dinero que vender un ansiolítico adictivo que te lleva de tener ansiedad por cosas diarias a tener ansiedad por no consumir el ansiolítico creando una necesidad constante de consumirlo.

EL REMEDIO PARA EL SUFRIMIENTO

Una vez muere Arthur Sackler y con deudas secretas por su caro gusto del arte su sobrino Richard toma el control.

Richard, necesitando un producto estrella que revalúe la empresa y le salve de las deudas busca un medicamento que pueda tomar todo el mundo para el dolor. Por supuesto, el objetivo no era tan bondadoso como parecía. Para decidir cuál era la sustancia que usarían Richard puso en una sala a personas y les fue nombrando diferentes medicamentos para ver con qué lo asociaban.

Richard quería crear un medicamento contra el dolor que no fuera relacionado con la muerte como la morfina sino para el bienestar.

Al final lo consiguió, la Oxicodona. Sin embargo, la oxicodona es dos veces más potente que la heroína y es muy adictiva. Esto Richard lo sabía, pero no le parecía algo malo, sino beneficioso. El objetivo era vender esto a todo el mundo, no solo a pacientes con cáncer, sino para dolores de espalda y demás.

El nombre definitivo fue “Oxycontin”, el medicamento para todos los dolores y todas las personas. Ahora solo necesitaba un permiso para poder comercializarlo.

LA REGULACIÓN REGULERA

En Estados Unidos, en esa época, las regulaciones no son lo que se puede llamar “profundas”. La FDA es la encargada de permitir si se puede comercializar un medicamento. Y en este momento la administración usaba a una sola persona para verificar cada medicamento.

En general, conseguir que te aprobaran un medicamento si eras una gran empresa es relativamente fácil porque hacen caso de todos los estudios hechos por la propia empresa. Es decir, que no investigan por su propia mano sino los que entrega la empresa.

Purdue no tuvo mucha suerte, ya que quienes les tocó se tomaban el trabajo en serio y rechazaron varias veces el medicamento. No obstante, esto no duró mucho. Purdue Pharma, desesperado por no conseguir su regulación de buena forma, compró al regulador.

Así es, una semana después de la aprobación del medicamento la persona encargada estaba trabajando en Purdue Pharma. Si no puedes con tu enemigo únete a él o eso dicen.

Para que os hagáis una idea, el medicamento fue probado en ratones, pacientes de cáncer, mujeres embarazadas y personas relativamente sanas. El resultado es que el Oxycontin causaba una severa adicción, creando mono y la necesidad constante de consumirlo. Sin embargo, no producía la muerte lo que en el informe de la FDA la hacía segura para su comercialización y decía que “PROBABLEMENTE” no causaría problemas mayores. Imagínenselo, una agencia diciendo la palabra probable sobre algo que se comercializaría a decenas de millones de personas.

EL MARKETING DE LA MUERTE

El camino al estrellato fue rápido, el Oxycontin se volvió uno de los medicamentos más vendidos en EEUU. Pero ¿Cuál era el proceso de marketing que usaron?

Al igual que su antecesor, Richard usó el marketing directo. Convenciendo a las farmacias y doctores de recetar Oxycontin a sus pacientes con dolores. Este entramado pasaba desde charlas en grandes conferencias pagadas para convencer a los doctores de preocuparse más por el dolor de sus pacientes, de esta forma se buscaba que antes de otros tratamientos se recetase también Oxycontin como una forma más humana de tratar a los enfermos. Además, se usaban a mujeres jóvenes con dotes de ventas para ir por las farmacias presentando el producto.

Estas mujeres cobraban en base a sus ventas y su interés era que los médicos a los que proveían recetasen el máximo número de miligramos posible. Por la naturaleza del medicamento y su regulación, el Oxycontin se tenía que tomar cada 12 horas. Es decir, que vender más no era lo importante. Sino vender más miligramos, a más miligramos más dinero. Tanto para las vendedoras como para los doctores, pues a partir de cierta cantidad recibían pagos de los seguros y el Medicare.

Esto llevó a un bucle de recetas en las que por un dolor de espalda se recetaban cantidades mayores a las que recibían pacientes con cáncer. De esta forma, la pandemia silenciosa empezó a producirse.

MEDIO MILLÓN DE MUERTOS

La crisis de Oxycontin produjo que muchas personas se volvieran adictas, hasta tal punto que se creó un mercado negro paralelo que vendía esta droga a personas que la consumieron por un dolor pero que ahora que se habían curado seguían siendo adictos.

Para ello se usaban a enfermos y se les pagaba para que vendieran sus recetas con las que después se traficaba. Una vez en las calles, la creatividad emergió. El Oxycontin se empezó a consumir esnifándolo. Esto aumentó exponencialmente las muertes por sobredosis que entre 1999 y 2019 dejaron un saldo de medio millón de muertos solo por este medicamento y terminaron causando el origen en técnicas de marketing de lo que después sería la crisis del fentanilo.

Las prácticas farmacéuticas del Oxycontin inspiraron a muchas empresas a usar marketing directo para vender medicamentos altamente adictivos a personas con dolencias menores. El sistema estadounidense de salud además promovía esto debido a las pocas regulaciones y difícil acceso de ciertas terapias, lo que hacía que drogas baratas fueran recetadas antes que procedimientos más complejos.

NADIE FUE CONDENADO

A pesar de las pruebas, Richard Sackler usó su poder para contactar con cargos relativos a la Casa Blanca y evitar en muchos estados su condena. Llegando solo a ser multado en muchos estados por “mal etiquetado del producto” y no por la estructura que había producido la crisis de opioides de Estados Unidos.

En 2020, por fin la empresa se declaró culpable de comenzar la crisis de opioides al usar técnicas agresivas de marketing para recetar drogas duras a personas con pequeñas dolencias. La empresa fue condenada a pagar 8,3 mil millones de dólares y convertirse en una entidad pública cuyos ingresos irían destinados a planes de ayuda a la drogadicción. Sin embargo, ningún Sackler fue condenado.

Para este momento, la riqueza de la familia ya supera los 11 mil millones de dólares gracias al Oxycontin y es la familia N.14 más rica de Estados Unidos. Decidieron dar 750 millones por caridad para programas de rehabilitación, pero poco más.

La familia tiene acumuladas 138 mil denuncias de familias, víctimas y estados por las consecuencias de su venta.

El resto es actualidad, calles de Filadelfia llenas de zombies, 70 mil muertes al año por fentanilo y un sector farmacéutico cada vez más rico y con poder político.

Me llamo Juan, tengo 23 años y mi canal esta enfocado a actualidad, política y variedad, en general Just Chatting.

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